LA DAMA CENTINELA

Año de composición: 2010

Encargo del Ayuntamiento de Valencia. Certamen Internacional de Bandas de Música Ciudad de Valencia 2010. 

CIBM Ciudad de Valencia 2010: Obra obligada Sección de Honor.
I Premio Concurso Internacional de Composición de Música para Banda de Corciano (Italia) 2010
Premio Euterpe de la FSMCV en la categoría de Mejor Obra Sinfónica 2010

Duración: 24′
Dificultad: 6
Instrumentación: Banda Sinfónica
(Ver detalles)

Movimientos
I. Pere Balaguer, mestre de pedra picada

II. Entrada Real
III. La Prisión de Serranos
IV. La Dama del Río  

Estreno
3 de julio de 2010. Certamen Internacional de Bandas de Música Ciudad de Valencia. Sección de Honor.

Unión Musical Santa Cecilia de Guadassuar (Valencia)
Asociación Músico-Cultural “La Lira” de Pozuelo de Alarcón (Madrid)
Banda Sinfónica Vooruit de Harelbeke (Bélgica)

 

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El Portal de Serranos, con sus más de 600 años, ha sido testigo de una gran parte de la historia de la ciudad de Valencia. A pesar de ello, la composición, que aunque tiene un tratamiento histórico que ayuda a conformar su estructura, no pretende ser una obra narrativa. Es más una obra que describe sensaciones y estados de ánimo. Mi intención ha sido dotar al monumento de un alma humana que fuera capaz de transmitir aquellas sensaciones producidas por todo aquello que transcurría a su alrededor. De ahí el título que, cual metáfora poética, pretende representar al monumento como una bella dama que, desde su posición de señorío sobre el río, vigila, observa y protege a la ciudad durante sus seis siglos de vida.La obra se estructura en cuatro movimientos, tres de los cuales (segundo, tercero y cuarto) representan tres funciones principales que han tenido las Torres durante su historia: Puerta CeremonialPrisión y Monumento Emblemático. Por su parte el primer movimiento es un pequeño homenaje al creador de esta magnífica obra, el arquitecto o más bien, como consta en los libros de la época, mestre de pedra picadaPere Balaguer. A su vez, cada uno de los movimientos se divide en dos o tres submovimientos que representan episodios determinados de la historia de las Torres o de la ciudad. Por supuesto muchos momentos importantes de nuestra historia se habrán quedado fuera de la composición porque, realmente, hubiera sido imposible reunirlos todos en únicamente 20 minutos de música.

I. Pere Balaguer, mestre de pedra picada

El primer movimiento establece un paralelismo entre la concepción y construcción del Portal de Serranos y el proceso creativo en el Arte en general (y por supuesto en la música): Toda obra tiene una fase inicial de concepción en la que los artistas buscan esa Inspiración que la mayoría de veces no viene por arte de magia sino estudiando diversas fuentes. En este caso la inspiración de Pere Balaguer llegó principalmente a partir de un viaje que éste hizo por Cataluña: Es ya un lugar común, que arranca de la noticia del viaje de Pere Balaguer por tierras catalanas para ver otros portales urbanos, que la puerta de los Serranos está emparentada con el llamado Portal Real del monasterio de Poblet. Esta puerta formaba parte de las fortificaciones del gran cenobio cisterciense catalán levantadas por voluntad de Pedro IV el Ceremonioso a partir de 1369, si bien no se sabe con exactitud cuándo se construyeron las torres de la puerta principal del recinto.

Respecto al tratamiento musical en esta sección se expone el siguiente motivo:

Motivo principal

que, por una parte, representa la idea inicial y principal de la obra arquitectónica y es a su vez el motivo fundamental de la composición musical. Se trata de un motivo sencillo que progresivamente, desde la nota principal Do, va abriendo el intervalo desde el semitono hasta la tercera mayor. Este diseño sencillo y ascendente simboliza sobriedad, elevación y magnificencia aspectos muy presentes en la arquitectura del Portal de Serranos y que, seguramente, también lo estarían en la concepción inicial de su autor.

Como su nombre indica, la siguiente sección, Construcción, representa la fase de construcción del monumento, que históricamente se prolongó de 1392 a 1398. Se trata de una sección en la que se desarrolla el motivo principal usando para ello, entre otros, dos elementos fundamentales: La repetición en forma de ostinato de diferentes motivos breves y el crescendo progresivo. De esta forma se pretende dar una sensación de actividad constructiva.

Por último la tercera fase, Contemplación, que corresponde al momento en el que la obra está terminada. Aquí el propio artista y los ciudadanos de su época contemplan el monumento acabado. La música presenta un nuevo tema de diseño melódico sencillo y contrastante con lo anterior que, ante todo, intenta transmitir una sensación de satisfacción pero también de sosiego: Es muy habitual, por lo menos en mí lo es, sentir este tipo de sensaciones cuando, después de todo el esfuerzo realizado,  contemplas tu obra acabada.

Antes de acabar el movimiento aparece una sección de transición  que, a modo de flash forward cinematográfico, enlaza los dos movimientos iniciales. Para ello se ha utilizado sobre la armonía de Sol bemol del final del tema anterior, y mezclada con ella, una variación en Fa para cuatro trompetas dispuestas alrededor del escenario de la Marcha de la Ciudad, conocidísima fanfarria que ya utilizó José Serrano en el inicio del que hoy es himno de la Comunidad Valenciana y que, desde tiempos inmemoriales, se ha utilizado en los actos ceremoniales de la ciudad de Valencia. De esta manera las cuatro trompetas anuncian la inminente Entrada Real.

II. Entrada Real

Durante el siglo XV Valencia fue una ciudad muy importante de la Corona de Aragón y el Portal de Serranos se convirtió en la entrada principal de la Valencia amurallada: El hecho de que fuera la más espectacular de las puertas monumentales y que estuviera orientada al norte hizo que se convirtiera en el telón de fondo de las espectaculares entradas reales. Además de una recepción oficial, estas ceremonias servían para reconocer la legitimidad del poder del monarca y tributarle el homenaje de los habitantes de la ciudad, sus súbditos. Especialmente importantes fueron las entradas de Juan II en 1459, de Fernando el Católico en 1469, de Rodrigo de Borja, cardenal y obispo de Valencia que luego sería el papa Alejandro VI, en 1472 y, ya mucho tiempo después, la entrada de Felipe II en 1586.  El movimiento, que representa una de esas espectaculares entradas en la época de mayor esplendor de la ciudad de Valencia, está estructurado en dos secciones. La primera representa la entrada real y la segunda es una danza que evoca la fiesta que, en honor al rey, se realiza tras la entrada.

En les torres dels Serrans banderes reals, moltes bombardees, ministrés e trompetés.

La cita que da título a la primera de las secciones está sacada del Llibre de antiquitats de las Seu de València y hace referencia, en concreto, a la entrada del príncipe Fernando, futuro rey Fernando el Católico. Lo importante de esta cita es comprobar que en las entrada reales era muy importante la música para dar mayor solemnidad al acto. En todas las ocasiones las cámaras abovedadas, el cuerpo central y los adarves debían llenarse de músicos, autoridades y público, transfigurando el aspecto de la puerta en un auténtico arco de triunfo de uso ceremonia. La música comienza con la exposición de un nuevo tema, de carácter modal, a cargo de las cuatro trompetas solistas, tema que será repetido por un grupo de vientos creando de esta forma un efecto de pregunta y respuesta tímbrico y a la vez espacial entre las trompetas, que se encuentran alrededor del escenario, y los músicos de viento dentro de la banda. El movimiento va creciendo progresivamente en tempo e intensidad desarrollando el tema inicial hasta su punto culminante (cc. 76-82) tras el que comienza la Danza Festiva.

La Danza Festiva es, sin duda, la sección que requiere una mayor destreza técnica por parte de los intérpretes en toda la obra. Comienza con la exposición de un nuevo y vivaz tema, también modal, que presenta por primera vez el flautín y que se irá desarrollando incesantemente y de manera frenética por las diferentes secciones instrumentales.

III. La Prisión de Serranos

Desde 1586 hasta 1888, es decir la mitad de su vida, las Torres de Serranos fueron una de las principales prisiones de la ciudad. Es curioso observar como el comienzo de su uso carcelario coincide con el inicio de la etapa de mayor decadencia tanto del Reino de Valencia como de su capital: Algunos de los hechos más negativos en nuestra historia, como por ejemplo, la expulsión de los moriscos (1609) o la derogación de los Fueros de Valencia (1707) ocurrieron, precisamente, durante la época en que las Torres de Serranos fueron prisión. Este paralelismo entre la historia de las Torres de Serranos y la historia del Reino de Valencia me resultó especialmente interesante a la hora de plantear el movimiento que finalmente se subdividió en dos secciones principales tituladas Rejas y La puerta del destierro.

Rejas comienza con una exposición invertida del motivo principal de la obra. Si en su inicio el sentido ascendente del motivo daba sensación de elevación y magnificencia ahora, con su sentido descendente, la música es oscura y misteriosa, carácter que, aunque en secciones muy contrastantes entre sí, se mantiene durante todo este submovimiento.

La Puerta de Serranos fue testigo de numerosas entradas triunfales pero también, aunque esto pasa desapercibido para  los libros de historia, fue la puerta de salida de la ciudad, en algunos casos de una salida definitiva. La puerta del destierro hace un homenaje en general a todas aquellas personas que contra su voluntad y por motivos políticos, raciales, religiosos o de otra índole tuvieron que abandonar Valencia para siempre y en concreto al pueblo morisco que, hace precisamente 400 años, fue expulsado del Reino de Valencia. El movimiento imagina cómo uno de los moriscos, al pasar por debajo de la Puerta de Serranos, se despide de su ciudad con dolor y sin poder hacer nada para remediarlo, para siempre. El canto, lento y doloroso, es entonado por un saxo soprano, instrumento que, con el fin de dar mayor realce a su intervención, sólo aparece en este momento de la obra.

IV. La Dama del Río

Una vez los presos de la Prisión Serranos fueron trasladados a San Miguel de los Reyes, las Torres de Serranos dejaron de tener una utilidad práctica. Bien es cierto que el hecho de que fueran prisión, igual que las Torres de Quart, las libró de las destrucción cuando años antes el gobierno municipal ordenó derrumbar la muralla y el resto de los portales de la ciudad, lo cual constituye una de las más sorprendentes paradojas de la historia de la ciudad.

Aunque las Torres de Serranos han tenido diversos usos durante el S. XX, algunos tan interesantes como, por ejemplo, que fueron refugio de las obras de arte del Museo de Prado durante la Guerra Civil, lo cierto es que para mí el interés de este movimiento estaba más en el propio monumento y en el proceso de restauración, que en diferentes fases se ha ido llevando a cabo durante más de cien años hasta la actualidad, momento en el que podemos volver a contemplar la Torres con la misma magnífica presencia que tuvieron cuando se construyeron. Además, y curiosamente, este proceso de restauración ha coincidido, en cierta manera, con un renacimiento de la propia ciudad. Este planteamiento fue realmente interesante al afrontar el trabajo musical porque me permitía realizar una reexposición del primer movimiento y por tanto dar una mayor solidez al conjunto:

Restauración, el renacer de una ciudad constituye una reexposición variada de Construcción, en el primer momento. Aquí se puede apreciar como esa sensación de actividad constructiva que surge del desarrollo del motivo principal representa, por una parte, el proceso de restauración y, por otra, el propio renacer de la ciudad. Contemplación final es una mirada actual al monumento que se erige sobre el bello entorno del cauce del Río Turia. Para ello se vuelve a utilizar el tema de la Contemplación del primer movimiento. De esta manera se compara la mirada de Pere Balaguer y sus coetáneos sobre su obra terminada con la mirada de los ciudadanos actuales, y mucho más interesante todavía: Con la misma música con la que Pere Balaguer contemplaba su obra acabada, yo ahora contemplo acabada la mía.